CRUCIFICADO MARFIL



Se trata de un crucificado de unos 35 cm. de altura, realizado para la colección privada de un particular. Se halla esculpido en marfil, material que, al igual que otros como el alabastro, es raro de ver en la escultura sacra de hoy en día, salvo que su destino sea la ornamentación de preseas y otros enseres procesionales.

Se representa a Cristo muerto en una cruz plana y lisa, con el cuerpo desvanecido hacia el lado derecho y la cabeza muy inclinada sobre el pecho, coincidiendo en el eje vertical de la composición de la figura. A pesar de su pequeño tamaño, posee un elaborado estudio anatómico y unas facciones bien modeladas, suaves y redondeadas.

El cabello, partido a dos aguas, está trabajado en gruesos y ondulados mechones. Respecto al sudario o perizoma, sujeto con una cuerda, es poco voluminoso y se muestra ceñido al cadaver del Varón, el cual está clavado al madero por tres tachas, superponiendo el pie derecho sobre el izquierdo.

La imagen, con el brazo derecho muy flexionado y las manos taladradas por las palmas, se inspira en los modelos manieristas imperantes de la Sevilla del último tercio del siglo XVI, desarrollados por maestros castellanos como Juan Bautista el Viejo o Jerónimo Hernández, discípulo aventajado del anterior.


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